Conociendo a tu enemigo/a (I)

Superar el acoso laboral es posible.

No pierdas tiempo y energía haciéndote preguntas que nunca recibirán respuestas. Nunca podrás contestar «por qué a ti, qué has hecho para merecer eso, qué has hecho mal, cómo puedes evitarlo…». La realidad es que todas tienen la misma respuesta. NADA, no puedes hacer nada por evitar el acoso laboral. No puedes hacer nada porque no depende de ti. Deja de echarte la culpa y pon la responsabilidad fuera de ti.

Quien decide iniciar el acoso no eres tú, quien ejecuta las acciones no eres tú. Si sabes lo que la cabeza de esas personas encierra, será más difícil que pienses mal de ti mismo/a. Si intentan desacreditarte qué mejor contraataque que desenmascarar tú al acosador/a. ¿No crees?

La persona acosadora, en el fondo, tiene una visión negativa de sí misma (sabe que no es suficientemente bueno, valioso, etc.). Elige una persona que le hace sentirse amenazada (normalmente una persona buena trabajadora, que se puede dar cuenta de sus carencias o que no va a seguirle la corriente fácilmente) e inicia el proceso de acoso. El proceso de acoso tiene la finalidad de minar la confianza de la persona para que deje de suponer una amenaza (ya no se sentirá bien, valiosa o válida).

En esta «guerra» estás solo/a, no puedes esperar que nadie te ayude. Seguramente los compañeros/as no te apoyarán, ni la familia termina de entender lo que estás pasando… Se trata en este caso de que tú seas más fuerte y puedas minimizar el impacto que sus acciones provoquen en ti. No pierdas de vista que lo que quiere lograr es que tú seas tu peor enemiga/o.

Todo puede ser distinto si no le das más poder del que tiene. Si no entras en el juego de manipulación, aceptando las críticas, los errores, etc. que te quieren «colgar» tendrás una oportunidad de parar el proceso de culpabilización y empezarás a afrontar con éxito la situación. No le hagas más poderoso creyendo sus mentiras. Esquívalas sin darles mayor crédito, recíbelas poniendo en cuestión la legitimidad de quien las emite. ¿Tiene credibilidad la opinión de un psicópata que quiere hacerte daño?¿Y la de un egocéntrico que intenta defender su inestable reino? Recuerda; tu puedes minimizar el impacto del acoso laboral 

Conociendo personalidades «perversas».

A continuación voy a describirte las características de personalidad que solemos identificar más frecuentemente ¿Tu jefe encaja con alguno de los perfiles?. 

Características del jefe/a mentiroso/a y manipulador/a. 

La personalidad del psicópata.

 – Son personas con cierto encanto, seductoras. Con buena imagen a nivel social. Suelen gustar a primera vista. 

– Poca empatía. Frialdad, falta de expresividad emocional. 

– Los demás son instrumentos para sus fines.

– Persona egocéntrica y presuntuosa. Alardea más de lo que le corresponde por méritos propios. 

– Mentiroso, con facilidad para la manipulación y no tiene remordimientos. Ausencia de sentimiento de culpabilidad. «El fin justifica los medios». 

– Vive sin miedo o temor. Tiene la sensación de poder lograrlo todo y de que nada puede pararle.

 – Experto en identificar los puntos débiles de las personas y lo usa en su beneficio. 

– Suele transgredir las normas y las leyes, incurriendo sin conflicto en irregularidades, fraudes, corrupción, etc.

Características del jefe/a extremadamente egocéntrico/a 

La personalidad del narcisista. 

– Se cree una persona especial con más talento, inteligencia, cualidades, etc. que el resto. Suele verse también socialmente mejor posicionado que los demás. «Lo que vale para los demás no es suficiente para él». 

– Suele atribuirse todo el mérito de las cosas. Suele rodearse en su equipo de gente mediocre que no le pueda hacer sombra. Busca personas serviciales, obedientes. Le parece amenazante la gente crítica y de pensamiento alternativo. 

– Promueve el culto a su figura. Adora que lo adulen y que lo «sirvan». Será déspota y despreciará a los que considere inferiores o no le sirvan en sus propósitos. 

– Incapaz de reconocer que no sabe algo y para que no se note se muestra arrogante, prepotente y como si lo supiera todo. Suele estar obsoleto profesionalmente y su sentimiento de inadecuación fomenta su actitud defensiva ante los cambios e innovación.

– Su falta de actualización profesional le lleva al dogmatismo y a la rigidez. Siente la amenaza en quien discrepa pues intenta esconder sus carencias. 

– Se presenta como una persona crucial para la organización y maneja discursos frecuentes respecto a ser imprescindible. Exige de sus subordinados/as sacrificio, lealtad incondicional y buenas caras ante sus abusos. 

– Obsesionado/a con la envidia que cree despertar en los/as demás. su pensamiento siempre se refiere a sí mismo/a. Todo lo que ocurre tiene que ver con él/ella.

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